Todas las culturas poseen su propio folklore infantil, será casualidad o una necesidad universal?
Cantar canciones infantiles con nuestros niños debería ser algo totalmente normal; pero actualmente, aquello que debería ser la cotidianidad (juegos tradicionales, contar cuentos folklóricos, cantar canciones infantiles populares) se ha vuelto la excepción.
Las canciones infantiles que implican juegos, rondas, palmas, etc., a un determinado ritmo, al ser de más compleja ejecución e involucrar tantas habilidades diferentes sincronizadamente, potencian más las conexiones neuronales y la maduración de estructuras cerebrales básicas.
Según la pedagogía de «Waldorf», las canciones infantiles tradicionales están compuestas en escalas pentatónicas, son más cercanas al momento evolutivo de los más pequeños.
Hay que mencionar que actualmente nos encontramos expuestos a canciones modernas de poco contenido, que conllevan a la pérdida cultural que supone que la riqueza del folklore popular infantil vaya cayendo en el olvido.
Permitamos que nuestros hijos crezcan escuchando música tradicional infantil de nuestras regiones; más allá de sus beneficios cognitivos, es parte de su legado, de su herencia, esa que nos define y nos dice de donde venimos.